Vengo a
presentaros el proyecto comunitario llevado a cavo por el maestro Abreu en
Venezuela, que ha permitido, mediante la educación musical y la participación
en orquestas y coros, transformar la vida y la trayectoria de miles de jóvenes
venezolanos, que se encontraban en situaciones de exclusión social. La
educación musical, en este sentido, se convierte en una estrategia de
intervención social comunitaria, José
Antonio Abreu funda en 1975 la primera orquesta sinfónica nacional juvenil de
Venezuela, y en 1979 se crea FESNOJIV, con el proyecto de organizar un sistema
de orquestas, y una red de centros académicos nacidos y llevados des de el
trabajo comunitario
El objetivo
básico de este proyecto es favorecer la organización social y el desarrollo
comunitario, utilizando como instrumento la instrucción musical y la práctica
colectiva de la música a través de la orquesta sinfónica y el coro.
Sus objetivos
pasan por la capacitación de cada persona, cultivando su educación musical i
mejorando sus habilidades como cantante o intérprete, o como luthier
(constructor de instrumentos) i asegurar la capacidad de trabajo en grupo, en
música de cámara o en pequeñas orquestas, donde se asume el propio rol, el
liderazgo del director/a de la orquesta, y la búsqueda de la belleza
colectivamente lograda en la interpretación musical.
La
transformación de la comunidad, mediante un proceso educativo creado en un
espacio para la integración de los niños y jóvenes en barriadas marginales,
transforma el entorno urbano, genera un nuevo imaginario cultural, y aparecen
nuevas oportunidades profesionales y económicas que dependen del propio
esfuerzo.
Este proyecto
busca formar personal, integral y musicalmente a los niños y jóvenes de
Venezuela. Este objetivo tiene tres efectos: favorecer un proceso de inclusión
social de los niños y jóvenes que se encuentran en grave riesgo de exclusión social
(violencia, niños abandonados, bandas, toxicomanías, etc.); favorecer el
desarrollo cultural de cada región de Venezuela; y beneficiar a todos los niños
y jóvenes que sea posible –y a sus familias–, lo que implica que este proyecto
tiende a expandirse, alcanzado en 2010 más de 300 orquestas de jóvenes en
Venezuela.
Su objetivo social ha sido siempre disminuir
en la medida de lo posible los niveles de pobreza, analfabetismo, marginalidad
y delincuencia de la población infantil y juvenil en Venezuela.
El proceso de
formación de los niños comienza ya en la etapa de preescolar, con el
aprendizaje del ritmo y la expresión corporal. A partir de los siete años,
comienzan a aprender el instrumento musical, la notación, y cada niño canta y
toca su instrumento. Se trata de un proceso de aprendizaje a través de la
práctica, tocando frente al público, y favoreciendo por ello la autoestima y la
capacidad de actuar ante los demás de cada niño o cada joven. A la vez, se
trabaja con los padres y madres, formándolos en el modelo de enseñanza, y sobre
todo en cómo apoyar las prácticas de los niños y jóvenes en el hogar familiar.
Su modelo
metodológico de aprendizaje es en cascada, en el que los estudiantes más
avanzados enseñan a los menos avanzados, convirtiéndose en protagonistas de la
educación. La educación artística, siempre exigente y esforzada, permite romper
el círculo de la pobreza, haciendo posible una transformación personal, grupal,
comunitaria y social. Pero no ya la educación artística en el sentido individualista
romántico, como cultivo del genio personal intransferible que alcanza la gloria
y el reconocimiento, sino la educación artística como derecho ciudadano, como
estrategia para hacer posible dar lo mejor de cada uno, abriendo un nuevo
espacio para la realización personal, para la experiencia estética, y para la
creación artística
En este
proyecto, podemos observar un proceso de enriquecimiento personal (la técnica
personal en el instrumento que corresponda), de potenciación de las habilidades
para integrarse y trabajar en un grupo complejo, como una orquesta, y un
enriquecimiento comunitario, hasta convertirse en una herramienta clave en el
desarrollo cultural y en el bienestar de la población venezolana,
convirtiéndose en una alternativa real, esforzada y cualificadora, para un
ingente número de niños y jóvenes desfavorecidos.
Su lema,
“Tocar y luchar”, muestra claramente su objetivo de capacitación de las
personas excluidas a través de la música. La experiencia orquestal se concibe
como una experiencia colectiva y social, basada en la búsqueda de la
excelencia, y permite experimentar la posibilidad de alcanzar dicha excelencia
personal y colectiva, mediante la práctica del instrumento que corresponda, y
mediante la colaboración en la orquesta, con una voz que es única y es de
todos. Precisamente por ello, rompe con la identificación de la música
orquestal como música culta y de culto, restringida a las clases pudientes, y
acerca la experiencia musical y la cultura a toda persona
Para José
Antonio Abreu, en la experiencia de la música orquestal cada persona se
enriquece a perseguir el logro de una meta común, con una mística del gozo, del
esfuerzo y de la superación, en equipos de trabajo multidisciplinares. Gracias
a este proyecto ya se han creado innumerables salas de ensayo, bibliotecas,
salas de concierto y teatros, y cabinas de grabación.
Pau Sánchez
Méndez
Gràcies Pau! Crec que és super interessant la compartició que ens fas, a més a més que és exterior al nostre territori i encara és més enriquidor!
ResponderEliminarM'agrada molt, i a més a més, em recorda a Xamfrà. Trobo molt interessant utilitzar la música com a eina d'empoderament i construcció personal, tant a nivell comunitari com a nivell individual. És molt fort com les persones podem connectar amb una cosa tant "abstracte" que és la música i com podem realitzar-nos a partir d'ella. També el fet aquest de que els alumnes més avançats ensenyin als que no ho estan tant, el que aporta això per a les persones, i molts cops sense adonar-nos una autonomia. A vegades pensem que es necessita sempre un professional, però si les bases estan ben sentades, què millor que la pròpia gent que forma aquest projecte?
Un cop més gràcies Pau!